Un Año Nuevo en Clave Minimalista: Amor, Gatos y Mar

Dos meses después escribo esto.

El comienzo de un nuevo año siempre me trae una sensación de aire fresco, como si el universo me regalara una página en blanco para seguir escribiendo mi historia. Pero a diferencia de los años anteriores, esta vez no hago listas de propósitos imposibles ni me obsesiono con cambios drásticos. Mi vida minimalista me ha enseñado que la felicidad no está en la acumulación de cosas o metas inalcanzables, sino en los momentos simples, en los afectos, en los pequeños placeres del día a día.


Vivo en un espacio sin excesos, pero lleno de amor y dándole cada vez más calidez. Mis gatos duermen acurrucados en el sillón, ajenos al bullicio de las fiestas, mientras mi novia y yo compartimos una taza de chocolate con churros y porras con el sol de la mañana de fondo en el salón. Cuando estoy con ella hecho la vista atrás y pienso en nuestros viajes en la playa: la brisa salada entra suavemente, el mar está ahí, esperándonos. Luego la comida con vistas a la playa, a la gente feliz transitando por el paseo marítimo, un descanso para coger fuerzas y relajarse y toda una tarde llena de aventuras, descubrimientos y, con ello, anécdotas, hasta la cena romántica de la noche. Luego dar un paseo por la orilla, donde el agua fría nos salpica los pies y nos reímos como niñas. Nos tomamos de la mano, sabiendo que no necesitamos nada más que esto: amor, calma y la certeza de que lo simple es suficiente.

Sí, estoy deseando viajar y viajar y viajar y viajar de su mano.


Las navidades han sido tranquilas, sin montañas de regalos ni cenas exageradas. Con la familia, luces cálidas. No hay nada más hermoso que ver a mis gatos jugar con una simple bola de papel mientras el mundo fuera corre detrás de lo innecesario.


El primer amanecer del año, saliendo temprano por trabajo caminando mientras el rostro se torna en los colores intensos del cielo por unos minutos. 


El minimalismo me ha enseñado a valorar lo esencial, a no aferrarme a lo material ni a lo superfluo. Y en este nuevo año, mi único deseo es seguir así: ligera, enamorada, con mis gatos ronroneando cerca y el mar recordándome que la vida, en su esencia más pura, es bella y seguir haciendo logros, crear bonitos recuerdos, hacer ejercicio, comer bien y aprender mucho.





UnaMinimalista

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